Del Sentimiento Profundo

Posted by Renzo Donovan | Posted in | Posted on 11:34


Llega a tu camino…
¡Oh! Pérfido sendero el que aguarda.
Calma el oprobio y  la ignominia extranjero de mala muerte;
 bebe del árbol de la vida para que perezcas con nosotros.
Prueba un poco de la Sangre de Dios, colma tu sed.
Grajea la execración de las almas extraviadas, ellas sí satisfacen.

¡Muerte! ¡Viene la Muerte!, grita el abismo;
mientras se huele la algarabía venir en el aire.
No llores extranjero,  ya es hora de fallecer.

¿Lágrimas? ¡Lágrimas!-sustancia inútil-.
¡Soy maniqueísta! Vamos atrápame.
Así es el mundo es basura:
¡Adelante! Hurgaré en ella.

Impureza-mientras sonríe a lo lejos el amado-
es mi causa, mi ser, mi bienestar. ¡Soy maniqueísta!

Ahora dices: ¡Abraxas!... ¿Abraxas? Es bazofia, un truhán.
Pero, ¿me amará? “Sí”-deja que sus labios balbuceen-
“Mas no sirvo de nada, quizá sólo un poco.”

¡Oh, alma mía!
¿Ya estas agonizando?, extranjero,
aún no oigo gemidos de limpieza, de transformación

Camina, marcha. Me encuentro-que oiga el amado, que se aproxime, me libere-
Lisiado, ciego. Soy sólo un hoyo, un cuerpo inerte, podrido,
Que balancea su voluntad hacia un fin: el sufrimiento.  

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